
Alergia alimentaria
En los animales, al igual que en los seres humanos, la alergia alimentaria se manifiesta como diferentes diagnósticos clínicos. Puede manifestarse como enfermedades mediadas exclusivamente por IgE (como la urticaria, el angioedema y la anafilaxia), como enfermedades mediadas exclusivamente por células (con eosinófilos o linfocitos, como los trastornos inflamatorios intestinales) y como enfermedades mediadas tanto por IgE como por células, lo que, según las pruebas, parece ser el caso de la dermatitis atópica inducida por alimentos.
Prevalencia de la alergia alimentaria
La incidencia real de la alergia alimentaria aún no está del todo clara, pero se ha reportado que oscila entre el 10 % y el 25 % en perros con enfermedades alérgicas de la piel. También se estima que afecta a alrededor de un tercio de los perros con dermatitis atópica. Se describe una mayor incidencia en perros menores de 1 año o mayores de 6 años.
Algunas de las razas con predisposición a desarrollar alergia alimentaria son Labrador retriever, West highland white terrier, Bóxer, Rhodesian ridgeback y Carlino. Los alérgenos más comunes descritos como responsables de la alergia alimentaria en perros son la ternera, el pollo, los huevos, la leche, el trigo, la soja y el maíz.
Síntomas de la alergia alimentaria
Los síntomas más comunes son dermatológicos o gastrointestinales (o una combinación de ambos).
Los signos dermatológicos son variados y a menudo indistinguibles de los asociados a la dermatitis atópica.
Los síntomas gastrointestinales pueden incluir vómitos, diarrea, pérdida de peso, malestar abdominal, flatulencia y defecación frecuente (más de tres veces al día).
Los síntomas más frecuentes son dermatológicos o gastrointestinales (o una combinación de ambos). Los signos dermatológicos son variados, y a menudo no se distinguen de los asociados a la dermatitis atópica. Cuando el prurito no responde a los corticosteroides, debe pensarse en una alergia alimentaria. Sin embargo, si el prurito responde a los corticosteroides, eso no significa que no haya alergia alimentaria.
El prurito generalizado o localizado no estacional (de la cara, las orejas, las patas, las axilas y las regiones inguinal y perineal) es el síntoma descrito con más frecuencia. El paciente experimenta un picor intenso, que se traduce en un rascado, mordisqueo y lamido excesivos y antinaturales.
También es posible que los efectos de una alergia alimentaria estén por debajo del "umbral del picor", y que sólo se produzcan brotes de prurito cuando aumentan los niveles de alérgenos ambientales durante la temporada alta de polen. La otitis externa y la pioderma recurrente, con o sin prurito, también se han asociado a las alergias alimentarias.
Los síntomas gastrointestinales pueden incluir vómitos, diarrea, pérdida de peso, malestar abdominal, flatulencia y defecación frecuente (más de tres veces al día).
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Diagnóstico
La alergia alimentaria representa un diagnóstico etiológico, tanto en animales como en humanos, con diferentes diagnósticos clínicos. Puede manifestarse como enfermedades mediadas exclusivamente por IgE (como la urticaria, el angioedema y la anafilaxia), como enfermedades mediadas exclusivamente por células (con eosinófilos o linfocitos, como los trastornos inflamatorios intestinales) y como enfermedades mediadas tanto por IgE como por células, lo que, según las pruebas, parece ser el caso de la dermatitis atópica inducida por alimentos.
Las pruebas serológicas están diseñadas solamente para revelar sensibilizaciones por IgE a alérgenos, incluidos los alérgenos alimentarios, por lo que dichas pruebas no pueden predecir enfermedades mediadas por células.
La alergia alimentaria mediada por IgE es aquella en la que los signos clínicos aparecen en las primeras horas tras la ingestión del alérgeno (es decir, tras la exposición).
Las enfermedades mediadas por linfocitos se producen días después de la exposición.
En estudios recientes sobre la caracterización de los alérgenos alimentarios, se observó una muy buena correlación entre la serología de IgE al alérgeno alimentario y las reacciones positivas que tenían lugar de forma temprana (es decir, en menos de 12 horas) después de una provocación con ese mismo alérgeno.
Pruebas de eliminación de alimentos
El diagnóstico se confirma por la reaparición de los signos clínicos cuando se reintroduce en la dieta el alimento que se había administrado anteriormente.
Si los síntomas del paciente mejoran durante el ensayo de eliminación, el siguiente paso es "provocar" al paciente con el tipo de alimento que recibía anteriormente (el alimento original).
Si los síntomas reaparecen, el paciente debe volver a la dieta de eliminación. Para decidir qué ingredientes concretos están causando la alergia, debe introducirse un nuevo ingrediente cada vez. Como los animales pueden ser multisensibles, puede ser necesario restringir la dieta más de una vez.
Durante un ensayo de eliminación, el paciente no debe recibir ningún otro alimento, golosinas, sobras, medicamentos, vitaminas o suplementos que contengan proteínas distintas de las elegidas para el ensayo. La duración recomendada de un ensayo es de al menos 6 semanas.
Pet Allergy Xplorer (PAX Food)
PAX es la primera prueba serológica comercial específica para IgE que utiliza extractos de alérgenos y componentes moleculares para identificar los alérgenos que están afectando a las mascotas.
La alergología molecular es un enfoque de última generación para la detección de sensibilizaciones, en el que se emplean determinados componentes alergénicos individuales para la determinación de IgE específica en lugar de los extractos de alérgenos utilizados tradicionalmente.
Los componentes moleculares son proteínas purificadas o recombinantes que proporcionan un mayor nivel de estandarización que los extractos de alérgenos y permiten una identificación más precisa de las sensibilizaciones por IgE.
Si bien no hay duda de que las pruebas actuales de alérgenos alimentarios no han sido lo suficientemente predictivas de la alergia alimentaria como para justificar su uso en la práctica clínica, el uso de la alergología molecular justifica una reevaluación de esta posición.
Hay evidencias de que la alergia alimentaria —un diagnóstico etiológico— representa, de hecho, un grupo de entidades clínica y patogénicamente diferentes, desde la urticaria, el angioedema y la anafilaxia mediadas por IgE hasta las enfermedades gastrointestinales mediadas por células; la dermatitis atópica inducida por alimentos probablemente implique ambos mecanismos.
Las pruebas de sensibilización por IgE están diseñadas solamente para detectar las sensibilizaciones de la alergia alimentaria mediadas por IgE, que son aquellas con signos recurrentes en las primeras horas después de una prueba de provocación oral con el alimento. Como tal, el PAX ofrece una solución atractiva para detectar sensibilizaciones por IgE a alérgenos moleculares alimentarios, lo que debería resultar útil para seleccionar los alérgenos para la prueba de provocación oral con alimentos y/o para seleccionar ingredientes alimentarios que probablemente no causen reacciones inmediatas.